El 1 de septiembre de 2004 el Gobierno aprobó la famosa, Ley Concursal, para evitar las suspensiones de pagos y el cierre de las empresas, dejando a trabajadores y acreedores sin posibilidad de cobrar. Toda empresa que se declarara insolvente debía acogerse a esta ley poniendo la gestión de la empresa en manos de la intervención de la Administración, que diseñaba un plan de viablidad de acuerdo con los acreedores.
¡Hecha la ley hecha la trampa! La Ley Concursal se ha convertido en la salvación de aquellos clubes endeudados, pasando a ser la "Ley de los tramposos" debido a que clubes mal gestionados se declaran insolventes para evitar el descenso, pero aquí encontramos la paradoja, estos clubes siguen sin pagar a sus jugadores pero podemos ver como refuerzan su plantilla con fichajes como es el caso del R.Zaragoza (Roberto 9 millones de €) provocando que Numancia, en la temporada 08-09, y el Tenerife, en la 09-10, siendo los los dos clubes mejor gestionados las dos últimas temporadas descendieran de categoría luchando con rivales directos que utilizaron esta patraña.
Proximal sacare la segunda parte de esta crítica.
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